Me acurruco en tu cuerpo
lleno los espacios,
sigo la cordillera de tu vello,
voy pintando tu piel,
navego entre tus brazos
son tus labios el puerto,
tus ojos mis anclas,
te envuelvo en el perfume
de nardos de mis ansias
hasta escuchar el ruiseñor
que cante en la ventana.
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